Biblioteca pública de Villanueva: lecturas artesanales
Dentro de la arquitectura, cuando un proyecto se empapa del contexto geográfico…
Dentro de la arquitectura, cuando un proyecto se empapa del contexto geográfico y social que lo envuelve, el resultado es simplemente impecable, pues la edificación deja de ser una simple estructura para convertirse en una flor que brota de la tierra y se torna en una construcción que respira, un cuerpo arquitectónico con alma que pasa a formar parte del paisaje natural. Esto es lo que ha pasado con la Biblioteca pública de Villanueva en la región de Casanare, Colombia. Los arquitectos Alejandro Piñol, Germán Ramírez, Miguel Torres y Carlos Meza desarrollaron un proyecto cultural que se aleja por mucho de las bibliotecas convencionales y representa un homenaje a la tierra de la Guajira colombiana.
Dos bloques de grandes proporciones fueron más que suficiente. A primera vista es imponente, pero cuando se le mira de cerca, impresiona la calidad artesanal que imprimieron los arquitectos colombianos a la biblioteca pública. Desde el principio, este lugar estuvo concebido como un proyecto social, pues los materiales usados en la construcción, bloques de piedra tomados de una rivera vecina y madera de pino de un bosque ecológico, dan cuenta de ello.
En el interior de la biblioteca, la disposición volumétrica se distribuye en cinco cajas metálicas permeables dispuestas a lo largo y ancho de dos niveles, siendo el nivel superior donde funciona la biblioteca, y el inferior dedicado a espacios complementarios que incluyen un teatro, una biblioteca infantil, oficinas administrativas y áreas sanitarias. Sin duda, el proyecto de la Biblioteca es un acierto de los arquitectos y un catalizador social que refresca el rostro de Villanueva y le añade un nuevo valor a la región de Casanare.