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Álvaro Palacios: un gran vino para hoy

Subestimado por algunos, Álvaro Palacios resultó ser más de lo que el…

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Foto: cortesía de Bodegas Álvaro Palacios.

Foto: cortesía de Bodegas Álvaro Palacios.

Subestimado por algunos, Álvaro Palacios resultó ser más de lo que el mundo esperaba. Un hombre a quien sus amigos apodaron, casi despectivamente, “el de las barricas” y que terminó convirtiéndose en uno de los enólogos más importantes de su país y del panorama vinícola mundial. Miembro de una familia de tradición bodeguera, Álvaro Palacios considera que el vino lo vio nacer, de allí que estudiara enología en la Universidad de Burdeos en Francia, bajo la tutela de nada más y nada menos que Jean Pierre Moueix: una leyenda de los vinos tintos. Así, este apasionado ferviente de los vinos y en especial de las tierras que los hacen florecer, llegó a concebir los suyos, los cuales considera patrimonio de la provincia de donde provienen. De ese modo, proclama su amor por las tierras fértiles de la Rioja Baja y de Tarragona.

Foto: cortesía de Bodegas Álvaro Palacios.

Tomándose muy en serio la tarea de crear vinos artesanales, Álvaro Palacios no se toma a la ligera la elección de sus suelos; para él es vital la ubicación de sus viñas. “…Creo que la gente tiene que saber de dónde viene el vino, la pirámide de prioridades sería: país, región, municipio, paraje y finca singular. De hecho, cuando tomas un Musigini de la Borgoña no piensas en Pinot Noir, piensas en ese lugar preciso. Me he vuelto tradicionalista en nuestra cultura agrícola, disfruto y me doy cuenta de que el gran vino clásico no lo hace el hombre, lo hace la viña y tú te conviertes en un humilde guardián de ese terreno, no nos pertenece, pertenece al patrimonio” (Select us Wines, 2015)

Foto: cortesía de Bodegas Álvaro Palacios.

Producto de un descubrimiento fraternal con René Barbier, en 1989 encuentran las viñas en Priorat y Bierzo, terruños que darán vida en un futuro a las vendimias de los próximos 20 años y que, además, producirá uno de los vinos más celebrados de esta casa riojana: L’Ermita, un vino caliente y de gran carácter que en su momento representó uno de los tintos más costosos de España. Las barricas de Álvaro Palacios se exponen en una inmensa y sorprendente infraestructura abovedada que se aferra a las hermosas tierras de Gratallops, siendo ésta supervisada por el mismo Álvaro Palacios y Oriol Castells. Allí, se da un cultivo de 19 meses en el cual renacen uvas garnachas de naturaleza caliente, ferrosa y voluptuosa.

Foto: cortesía de Bodegas Álvaro Palacios.

Bodega Álvaro Palacios pertenece a la Denominació d’Origen Qualificada Priorat (DOCa Priorat) una de las más importantes de todo el mundo en lo que a vinos se refiere. Para la casa es de suma importancia preservar la historia de sus suelos ­­–la cual tiene más de seis siglos– tratando sus cepas con el mayor  respeto y conocimiento en viñedos ecológicos que además aprovechan las virtudes que los vientos ofrecen para la maduración de sus frutos  que serán extraídos manualmente y transportados en cajas de ocho kilos, garantizando así la preservación de los racimos que, más tarde, pasarán a ser madurados en barricas de roble francés: “Me preocupo de cautivar el estado emocional, no entiendo el vino como un elemento físico sino como algo estremecedor, lo entiendo por su emoción, el placer y  bienestar que proporciona. Busco su lado saludable también, su sensación de energía y vitalidad, los encantos y su magia” (Select us Wines, 2015).

Foto: cortesía de Bodegas Álvaro Palacios.

Aprovechando todos los beneficios que ofrecen los suelos españoles y las ofertas de sus productores, Palacios también se ha aliado con otros viticultures para ejecutar vinos de otra naturaleza, como es el caso de su vino Les Terrasses y Camins del Priorat. En ellos, como en todos los productos de la casa, hay un estricto cuidado del balance entre los procedimientos tradicionales y las técnicas modernas: condicionamiento de la infraestructura y la temperatura determinada, utilización de sistema de bancales, entre otros. Sin embargo, en lo que se refiere a la tradición, su técnica coster –‘labrar con mulas’– es la más destacada dentro de sus procesos. Esta se considera no solo más natural, sino más completa a diferencia de los bancales que perjudican el terreno.

Foto: cortesía de Bodegas Álvaro Palacios.

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