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Cristóbal Zapata: “Todo me fue ocurriendo y lo dejé venir”

Escritor, editor y curador cuencano, Cristóbal Zapata acumula varias publicaciones de sus…

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Cristóbal Zapata
Cristóbal Zapata, Director Ejecutivo de la Fundación Municipal Bienal de Cuenca (Casa
de la Bienal, octubre, 2018). Foto: Fundación Municipal Bienal de Cuenca


Escritor, editor y curador cuencano, Cristóbal Zapata acumula varias publicaciones de sus versos y la prosa de sus cuentos. Su trabajo como editor se ha visto reflejado en la corrección de numerosas publicaciones de arte.

Cristóbal Zapata - Bienal de Cuenca
Intervención de Cristóbal Zapata, Director Ejecutivo de la Fundación Municipal Bienal de Cuenca, en la inauguración XIV Bienal de Cuenca (Teatro Pumapungo, noviembre, 2018). Foto: Fundación Municipal Bienal de Cuenca

Actualmente trabaja como director de la Fundación Bienal de Cuenca, una responsabilidad en la cual las múltiples conexiones que ha establecido con el arte se ponen de manifiesto, así como sus competencias para las gestiones culturales, a través del firme propósito de solidificar la proyección de la escena artística de la localidad que algunos llaman “La Atenas de Los Andes”.

Nunca me propuse ser escritor ni curador ni editor ni esposo ni padre (…), todo me fue ocurriendo y lo dejé venir; me dejé vivir.

Cristóbal Zapata

En sus propias palabras, su transitar por los senderos del arte, suena a un viaje místico; casi un pasaje de realismo mágico:

Mi trayectoria vital, artística e intelectual es un camino culebrero, lleno de accidentes topográficos, que he transitado como un jinete ebrio. En la travesía he encontrado paisajes, momentos y gente maravillosa, y he sido muchas veces feliz, pero también me he echado a perder entre adicciones letales y pasiones inútiles.

Exposición paralela “Llueve afuera” de Pablo Cardoso, curada por Cristóbal Zapata,
Director Ejecutivo de la Fundación Municipal Bienal de Cuenca (Galería Saladentro,
noviembre, 2018). Foto: Fundación Municipal Bienal de Cuenca

Soy dichoso entre mi familia y mi biblioteca, cuando viajo y visito los museos, cuando alcanzo a escribir algunas líneas inspiradas, cada vez que, dentro o fuera de la Bienal, conseguí realizar los libros y las exposiciones tal cual las soñé.

Mi trayectoria vital, artística e intelectual es un camino culebrero, lleno de accidentes topográficos, que he transitado como un jinete ebrio.

Cristóbal Zapata

A propósito de su perfil de hombre de múltiples facetas, Cristóbal reconoce con singularidad la fortuna que tuvo al ver cómo los caminos a sus pies iban serpenteando en caprichosas direcciones.

Nunca me propuse ser escritor ni curador ni editor ni esposo ni padre, menos aún ditector de la Bienal, todo me fue ocurriendo y lo dejé venir; me dejé vivir.

Desfile del artista argentino Sergio Vega “La madre de los cañaris”, en colaboración con
la diseñadora textil Silvia Zeas (Museo Pumapungo, noviembre, 2018). Foto: Fundación
Municipal Bienal de Cuenca

Los modelos intelectuales de Cristóbal definen un abanico muy amplio de figuras, que van desde el escenario artístico renacentista y barroco, pasando por el legado neoconcretista y cinético sudamericano; haciendo merecidas escalas entre críticos y ensayistas latinoamericanos.

Un día en la infancia descubrí la belleza prodigiosa del cuerpo femenino, y poco después, a través de los libros, las posibilidades mágicas del lenguaje visual y del lenguaje verbal

Cristóbal Zapata

Sin embargo, al reconocer cuáles han sido las motivaciones que condujeron su andar muy cerca de las sensibilidades artísticas, Cristóbal expresa su preferencia por aquellos estímulos que él mismo define como “resortes de su andar creativo”.

Porque lo tenía a mano, por una suma de circunstancias fortuitas que encontré en el trayecto, porque tenía una cierta sensibilidad más cercana a las artes que a las ciencias, a los deportes o a los negocios; porque un día en la infancia descubrí la belleza prodigiosa del cuerpo femenino, y poco después, a través de los libros, las posibilidades mágicas del lenguaje visual y del lenguaje verbal, que son los tres resortes de mi errancia vital y artística.

Charla del curador chileno Ramón Castillo “Reescrituras museales: algunos síntomas en
Latinoamérica” (Museo Municipal de Arte Moderno, noviembre, 2018). Foto: Fundación
Municipal Bienal de Cuenca

El florecer de su faceta como escritor avanzó de la mano con el estímulo creativo que provocaron en el ecuatoriano narradores y poetas, especialmente aquellos que supieron plasmar su obra en la lengua española. Una vuelta de tuerca a su afición surgió inesperadamente, anticipándose a un vínculo que más tarde sería difícil de disolver.

Pero un día escribí por petición del editor de un suplemento cultural con el que cooperaba, una nota sobre un artista cuencano, sin saber que había dado un mal paso, pues acababa de contraer una especie de encargo del que no he podido desligarme.

Me apena no haber dedicado más tiempo a mi vocación literaria, pero al mismo tiempo pienso que he escrito lo que he necesitado escribir, quiero decir: lo estrictamente necesario. Nunca me he planteado hacer carrera literaria, ni curatorial, ni nada de nada. Aunque hay maravillosos profesionales de las letras y las artes, a mí me parece abominable hacer una carrera literaria o artística, esta es mi divisa romántica. He tratado de poner la poesía donde me encuentro: en medio de la fiesta, del trabajo, en medio del amor o de la escritura. A veces tuve suerte, muchas otras no.

A mí me parece abominable hacer una carrera literaria o artística, esta es mi divisa romántica

Cristóbal Zapata

De cara a sus funciones como actual Director de la Bienal de Cuenca, Cristóbal cuenta con una compilación de numerosos momentos maravillosos, lo que él mismo define como instantes de “plenitud humana, estética y espiritual”, en los cuales ha comulgado con su equipo de trabajo. Satisfacciones que se traducen en el placer del trabajo bien hecho.

Desarrollamos un trabajo importante en el plano educativo, dirigido sobre todo a activar la escena emergente de la ciudad. No voy a adjudicarme triunfos ajenos, pero la destacada presencia de María José Machado y Juliana Vidal en la XIV Bienal, son también fruto de ese trabajo con las nuevas promociones del arte local.

Cristóbal Zapata, Director Ejecutivo de la Fundación Municipal Bienal de Cuenca (Casa
de la Bienal, octubre, 2018). Foto: Fundación Municipal Bienal de Cuenca

La bienal ecuatoriana viene además acompañada de un proyecto editorial y acedémico, en el cual Cristóbal y todo su equipo de trabajo han tenido una merecida participación.

También hemos llevado a cabo un proyecto editorial importante, en menos de cuatro años publicamos una quincena de títulos, varios de ellos derivados de proyectos curatoriales y expositivos desarrollados al interior de la entidad. Ahora mismo, me encuentro editando el cuarto título de la colección Nomadismos, consagrada al pensamiento visual brasileño contemporáneo, que hemos venido trabajando con Teresa Arijón y Bárbara Belloc, dos brillantes poetas y traductoras argentinas, y con el apoyo de la Fundación Biblioteca Nacional de Brasil.

Dejando a un lado el enorme compromiso de la Bienal, que se extiende hasta febrero del próximo año, Cristóbal enumera algunas de las actividades en las que invertirá su tiempo a futuro, todas ellas entre renglones en prosa y rimas de versos.

Este año, en las horas nocturnas, estuve embarcado en la revisión, corrección y escritura de un ciclo de relatos con el que he convivido muchos años, y que espero publicar en el primer trimestre del próximo año. También he escrito unos cuantos poemas que confío encontrarán sus lectores, oportunamente.