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Hernán Alvarado: “La belleza no es patrimonio de nadie”

La sensibilidad del artista plástico venezolano Hernán Alvarado por el mundo de…

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Hernán Alvarado. Foto: Florencia Alvarado
Hernán Alvarado. Foto: Florencia Alvarado
Hernán Alvarado. Foto: Florencia Alvarado

Hernán Alvarado. Foto: Florencia Alvarado

La sensibilidad del artista plástico venezolano Hernán Alvarado por el mundo de las artes se remonta al siglo pasado. El pintor nacido en 1948 rememora sus primeros años, aquellos que le marcaron maravillosamente cuando aún el alma se encuentra limpia y la mirada cósmica no está contaminada, es la mirada del niño que observa y siente: El paraíso de mi infancia, donde nací, se llama Isla de Toas, es una isla pequeña de 7kms a la entrada del Lago de Maracaibo, 4500 habitantes en la época, en un caserío donde no había más de 35 casas. Alvarado devela que la infancia es un espacio personal que supone múltiples revelaciones para el niño que comienza a despertar y cultivar un imaginario no solo cultural sino cotidiano; y supone también hallar en el recuerdo, la memoria que en un futuro se vestirá de inspiración: una ecuación de intimidad que juega un papel definitorio en esa formación temprana: la playa, los cerros y la comunidad familiar que construye la mentalidad del insular, así como los juegos infantiles, el nuestro, el juego favorito era la navegación, en barcos deteriorados en las playas, en el patio de mi casa había uno de ellos: el San Antonio que lo desmantelaron y nunca se reconstruyó. El imaginario del navegante se forma en esos patios, aunque hay un trecho largo de allí a las artes, también allí está el germen; el inicio.

 Foto: Florencia Alvarado

Islas Granadinas, Imagen digital. 2012. Foto: Florencia Alvarado

Para este artista, que no se limita al pincel y al caballete, la iluminación no se encapsula en una sola arte o una única influencia: hay memorias, olores, poemas leídos y vueltos a leer, imágenes poéticas de las largas tardes marabinas. La influencia es la totalidad de lo vivido: No recuerdo muy bien; me gustaba mucho el cine y el dibujo; vi muchas láminas y revistas en las cuales se hablaba de pintura. Los cines del pueblo eran al aire libre, sin techo. Años después encontramos cines similares en Andalucía, con películas de Cantinflas y todo. Un recuerdo que tengo es desde un cerro, el Cerro de la Cruz; una avioneta en el aire que desapareció con el reflejo del sol, siempre relacione esto con poema sobre Ícaro de Williams Carlos Williams.

Soy integro, no sé si integral; nadie pone precio a mi cabeza [/blockquote]

Sin embargo, la integralidad de las artes, para Hernán Alvarado, no corresponde a un carácter polifacético en el que todas las técnicas o preferencias terminan por unificarse; lo integral  no se alía con categorías o especificaciones: Soy integro, no sé si integral; nadie pone precio a mi cabeza. Para este cosechador de lienzos, el arte es invaluable en la medida que su autor es fiel a su trabajo, en filosofía y alma.

Foto: Florencia Alvarado

Mousse Magazine intervenida. Spray acrílico. 2016. Foto: Florencia Alvarado

La búsqueda de la belleza es un planteamiento estético imprescindible en el universo artístico, pero esta búsqueda parece no representar lo mismo para Hernán Alvarado, quien apuesta por una configuración más completa, menos efímera. Su trabajo no va tras “lo bello”, su obra está centrada en lo particular de las circunstancias, las narraciones de lo habitual, en ese instante atemporal es en el cual puede hallarse belleza sin que eso implique categorizaciones o juicios de valor: La belleza está en las formas simples, en las formas complejas la belleza no es patrimonio de nadie, pero es una suerte encontrarla y celebrarla.

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Manual de la tradición, Acrílico sobre tela. 2007. Foto: Florencia Alvarado

El proceso creativo de Alvarado, como el de todo artista, implica un ritual reflexivo interior que desemboca en los templos intelectuales, recurriendo no solo a la literatura y las ciencias sociales, sino también retornando a lo primitivo en el sentido de lo instintivo. La percepción y las sensaciones poseen también sabiduría y colaboran en mantener un discurso equilibrado que se libra de absolutismos: Estoy permanentemente revisando, pensando, reiniciando. No me aterra el discurso único pero trato de contenerlo con barreras viables, voy a lo simple; la poesía y el psicoanálisis siempre vienen a brindarme ayuda. Yo se los retribuyo. La percepción, su estudio y práctica es esencial, también la argumentación que la concluye.

Foto: Florencia Alvarado

Asuntos del corazón, Serigrafía. 1989. Foto: Florencia Alvarado

La obra de Alvarado es, como él mismo, universal. Y no solo por sus reconocidas exhibiciones, que naturalmente han traspasado fronteras latinoamericanas. La universalidad reside en su pensamiento, en ese ejercicio crítico y autocrítico que deja entrever una vena contemporánea que raya en bellísima vanguardia. Este venezolano ha logrado plasmar una propuesta que ha dejado atrás los academicismos para renacer en un nuevo planteamiento que admite y recibe con gusto elementos actuales que resaltan la genialidad de su trabajo. De su amplio repertorio de exhibiciones, hace especial énfasis en sus experiencias en territorio nacional: Todas tienen importancia, al menos para mí. Mi favorita Informe para ciegos en el centro de Bellas Artes de Maracaibo: un manifiesto dirigido a los maracuchos, tenía un subtítulo que nunca divulgué. Epístola a los maracuchos también, que hice como debut en Maracaibo en la Alianza Francesa, o El gandul de las dos Rivera, homenaje al flaneur Apollinaire en el aniversario de su muerte 1987.

El collage está vivo. El cine es su forma por excelencia, el video arte y la poesía también [/blockquote]

El óleo, la acuarela y los acrílicos no son los únicos materiales de los que se vale el artista, asimismo, la técnica se presenta heterogénea develando una muy cuidada diversidad: El collage me parece que funciona como el pensar: hay que cotejar las ideas, construir, mover tomar distancia, reconocer sus grados e integrar. Es una de las formas más fantásticas del arte, no ha envejecido o ha envejecido poco. En el cine y la literatura se renueva constantemente, desde Apollinaire pasando por Luis Aragón, James Joyce hasta las más recientes. El collage está vivo.  El cine es su forma por excelencia, el video arte y la poesía también.

Foto: Florencia Alvarado

Línea de flotación, Figuras de caucho y spray de acrílico. 2012. Foto: Florencia Alvarado

Venezuela no solo es el país de nacimiento de este maravilloso artista contemporáneo, es también una fuente de inspiración que inicia en Maracaibo, por lo que Alvarado asoma nuevos proyectos que nos eligen como sede: Un proyecto que está retrasado, Nuevas impresiones de África, con un prólogo Tengo la impresión, en el que las artes gráficas están sumidas en una crisis material muy aguda. Buscamos materiales alternativos, sucedáneos y los hay a montones. Es evidente, que Alvarado, refugiado en la creación,  ha encontrado el impulso que permite que su arte continúe. El artista reflexiona sobre sus deseos de seguir produciendo arte y defender el proceso creativo que ha quedado obsoleto frente a lo masivo.

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Sin título. Acrílico sobre tela y tiza blanca. 2007. Foto: Florencia Alvarado

Como hemos percibido, la angustia del artista, muy especialmente la de Hernán Alvarado, se presenta en forma de nostalgia y remembranza. Para él, la trascendencia no se halla en las formas del tiempo, en su paso, sino en la manera en que comprendemos que una obra siempre recordará al pasado trayendo así sus raíces al presente, que es siempre próximo, contiguo, por ende efímero. Es por esto que la consternación del porvenir reside en sobreponerse a esa barrera que impone la inmediatez de lo moderno.

Foto: Florencia Alvarado

Rumba dancers. Litografía. 1983 Foto: Florencia Alvarado

No cabe duda de que el arte contemporáneo latinoamericano se privilegia de contar con este artista que explora el universo de lo sensible a través de sus navegaciones plásticas, incorporando la impresionante subjetividad del poeta, del lector, del niño de Maracaibo que veía los aviones desaparecer y los barcos roerse.

 

 

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