
La terraza del Hotel Casa Bonay fue el lugar escogido por este grupo de cocineros viajeros que ocupan espacios en diferentes partes de Europa para ofrecer sus sabores de mercado
Okupa es el nombre de este grupo de cocineros nómadas, dedicados a apoderarse, por pocas horas, de diferentes lugares a lo largo de Europa y convertirlos en increíbles comedores clandestinos donde los productos nobles y de temporada marcan la pauta. Su líder, Héctor Bracchiglione, experimentado cocinero con estadías en Celler De Can Roca y Mugaritz, fue el encargado de guiar al equipo en una noche en la que estaban prohibidos los cortes de carne de primera y los ingredientes costosos, cosa que no disminuyó en lo absoluto la calidad de su propuesta, que se enriquece con la dedicada técnica que imprime a cada preparación.

Aprovechando el particular fuego de la robata, parte de los implementos del Chiringuito de Casa Bonay y una pequeña cocina improvisada, Héctor y su equipo comenzaron el banquete con el plato verde: una fresca ensalada con zanahorias, alcachofas, habas verdes, cuatro emulsiones y al menos veinte tipos de hojas, seguida de la tortilla a la manera Okupa, con base cremosa de papa, cebollas rostizadas, salsa de reducción de gallina y mejillones ahumados. El pulpo con guisantes y legumbres fue otro de los platos, diseñados para compartir en pequeños formatos que permitían a los asistentes dar un paseo completo por la carta.

El Flatbread, hecho por ellos al momento y cubierto por un jugoso y abundante codillo de cerdo en salsa de soya, rábanos y flores de cilantro, fue uno de los platos favoritos de la noche, que terminó con dos postres bastante inusuales: una especie de milhoja, ensamblada exclusivamente con finas rebanadas de remolacha, que acompañaron con mascarpone y chocolate y un delicado postre de zanahoria con jengibre y láminas de merengue. Ahora, la tarea es estar pendientes de sus redes sociales para conocer la próxima ciudad que ocuparán.


