Picardía trémula: TAG Heuer x Cara Delevingne
Cara Delevingne, una supermodelo (o más bien un espíritu libre) con ambición de actriz y cantante, que ahora presta su imagen como embajadora de TAG Heuer.
Cara Delevingne, embajadora de TAG Heuer.
n sus manos tiene una cualidad que la hace salirse con la suya cada vez que quiere, y en su muñeca, una máquina única, con glamour repartido desde la hebilla de la correa hasta las manecillas. Esa es Cara Delevingne, una supermodelo (o más bien un espíritu libre) con ambición de actriz y cantante, que ahora presta su imagen como embajadora de TAG Heuer.
Con su cara risueña y mirada vivaz, la bella londinense –sí, de esa city conservadora pero con personajes dispuestos a romper reglas… siempre con estilo– es una embajadora con una edición especial del legendario Carrera: caja de diámetro de 41mm, una gran dimensión tal como lo exigen las innovadoras del presente; de acero pulido y satinado recubierto de carburo de titanio negro para darle la elegancia que este color otorga, y para brindarle esa resistencia trémula con que se exhiben las mujeres de hoy.
Agujas e índices revestidos en oro rosa que parecen flotar sobre un lienzo de color antracita, con un decorado de rayos de sol. La armonía dorada y negra la comparten la ventanilla de fecha a las 3 y el logo ennegrecido de TAG Heuer a las 12. Es un cuadro limpio, lleno de lo indispensable. Como marco, 72 diamantes redondos dan forma al bisel.
La correa es otro asunto: es de piel negra cosida en coqueta forma de matelasse que, en el reverso, muestra la firma dorada de Cara.
Pero, claro, eso no es todo lo personal que Cara le imprime a este reloj. En el fondo de la caja una cabeza de león se asoma en un grabado que recuerda el signo zodiacal de la top model. Una sorpresa que revela que más vale ser cabeza de león que… nada, solo vale ser cabeza de león.
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