Humidor

Sancho Panza o de cómo la herencia de España dio nombre a un habano

La lectura de tabaquería. Una voz, que desde un podio y a…

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Handmade cigars. Tabacalera de Garcia Factory. Casa de Campo, La
Habanos cubanos. Tabacalera de García.
Habanos cubanos

Embajada de España celebró el Día del Libro en la tabacalera Corona.

La lectura de tabaquería. Una voz, que desde un podio y a través de un micrófono lee, día tras día, noticias, reflexiones, recetas y una escogida selección de inolvidables clásicos de la literatura universal. Una tradición que se convirtió en Patrimonio Cultural de la nación cubana en el año 2012 y que aspira ser reconocida por la UNESCO como Patrimonio Intangible de la Humanidad.

La voz cadenciosa de lectores de tabaquería, que tienen años de experiencia en este oficio y que ya no sienten secarse su garganta tras compartir con una silenciosa audiencia páginas enteras, acompaña el trabajo de experimentados torcedores, que no se cansan de revisitar, en sus repetitivas jornadas de confección de habanos, las aventuras de Julián Sorel o Edmundo Dantes.

Habanos cubanos

Torcedores acompañaron su labor con lecturas, cortesía de la Embajada de España.

Historias que dieron nombre a vitolas

¿De dónde procede el nombre de vitolas como Montecristo, Romeo y Julieta o Sancho Panza? La respuesta es sencilla: de las obras literarias que precedieron a estas creaciones. La importancia de la lectura de estos libros en las fábricas de tabacos de la isla caribeña es tan relevante, que uno de los habanos más codiciados del mundo hace honor a una novela de Alejandro Dumas.

Es por ello que aún los trabajadores de H. Upmann exigen que El Conde de Montecristo se incluya constantemente entre las lecturas que se escogen democráticamente para las jornadas de la tarde, mientras en la mañana se revisa la prensa diaria al menos un par de veces.

Gricel Valdés-Hombillo, lectora de tabacalera con 25 años de experiencia en la fábrica que produce vitolas como el Magnum 46 y Sir Winston, asegura que se siente orgullosa del trabajo que realiza, supervisado por un comité de lectura, encargado de seleccionar los textos para amenizar la labor artesanal de torcedores.

Sancho Panza inspirado en la novela de España

Vitola Sancho Panza. Foto: twitter.com/habanos_oficial

Sancho Panza: de escudero a Gran Corona

La novela de Miguel de Cervantes, El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, inspiró al alemán Emilio Ohmstedt para la creación de la vitola Sancho Panza en el año 1848, un producto que nació en la fábrica El rey del mundo, pasó a otras manos, y finalmente regresó a su casa de origen.

Con variedad de tamaños, como belicosos, molinos y sanchos (estos últimos la vitola fetiche de su marca), este apreciado habano producido con cosechas de Vuelta Abajo fue descontinuado en el año 2006. Sus fumadores más asiduos le buscaban con ahínco en las cavas especializadas, hasta que finalmente volvió a producirse.

Los Sanchos, gran corona que se degusta en un tiempo aproximado de 80 a 100 minutos, es otro de los habanos cuyo nombre remite a la herencia literaria que acompaña tan singularmente a la creación de estos cigarrillos premium desde el año 1865, cuando la costumbre fue introducida en las fábricas de La Habana.

La tabacalera El Fígaro fue la primera en adoptar esta tradición, con la lectura de Las luchas del siglo; posteriormente lo haría la conocida casa Partagás, productora de los Churchills de Luxe.

El Quijote, novela de España

El Quijote donado por la Embajada de España. Foto: twitter.com/habanos_oficial

La Embajada de España en la fábrica Corona

España, que celebró los 402 años de la muerte de Miguel de Cervantes, ratificó la importancia cultural y literaria de las lecturas en las tabacaleras con su donación de copias de El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, obra de enorme valor estilístico y narrativo, tal y como apunta la lectora experimentada Odalys de la Caridad Lara, trabajadora de la fábrica Corona.

Abstraídos en la tarea de agrupar concienzudamente un atado de hojas que se transformarán en una deleitosa experiencia sensorial, los torcedores no pierden el entusiasmo por escuchar cada capítulo de Rojo y Negro, de Stendhal; de revivir la venganza de El Conde de Montecristo, de Dumas o la trágica pasión de Romeo y Julieta, de Shakespeare. La literatura, como el tabaco, hace parte de su historia.

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