El sobrevuelo del aviador
Los modelos para pilotos han tenido un lugar especial en la industria…
Foto: iwc.com
Los modelos para pilotos han tenido un lugar especial en la industria de alta relojería, desde hace más de cien años. El primero fue el de Cartier, en 1904. Desde entonces, los avances en este terreno han trascendido los horizontes. Pues no es un artículo común.
Recientemente, la manufactura suiza, IWC Schaffhausen, lanzó una nueva versión de su tradicional reloj de Aviador Cronógrafo, un homenaje al original, ensamblado en 1994.
Foto cortesía de IWC Schaffhausen
La pieza tuvo un regreso con su característica apariencia clásica, para satisfacer a los fieles seguidores de la marca.
El reloj Aviador Cronógrafo le hace un homenaje a su predecesor histórico. Copiando su escala de un cuarto de segundo, útil para calcular tiempos cortos. Además, luce un cristal de zafiro abombado sobre un dial donde destacan sus subesférases, a las 12, y a las 6 en punto. Todo sobre una caja interior de hierro dulce, protegido contra los campos magnéticos a cuyo constante cambio se enfrentan los pilotos de oficio.
Como si fuera poco, en el centro de su esfera de 43 mm brotan dos agujas en rectangulares y de color beige recubiertos de material luminiscente. Creando así un interesante contraste pictórico con su correa de tela color verde que le da un aspecto deportivo y, al mismo tiempo, gallardo.
Esta prestigiosa composición de partículas es un evento halagador a un mito del mundo relojero, pues el reloj de piloto es un artículo que no solo ha sobrevolado en su categoría sino que se convirtió en una pieza de colección digna de admirar. Y este homenaje es la prueba de su inmortalidad.
