Design

Zaha Hadid: la eternidad en otras dimensiones

En 2004, una mujer estremecía un mundo de hombres. Zaha Hadid había…

Por:
Zaha Hadid por Steve Double
Zaha Hadid. Foto: Steve Double

Zaha Hadid. Foto: Steve Double

En 2004, una mujer estremecía un mundo de hombres. Zaha Hadid había ganado el Premio Pritzker de Arquitectura, un galardón que, en su profesión, es equivalente al Nobel. Antes, mucho antes, ya el mundo la conocía. Desde 1994 su obra había comenzado a desafiar las leyes de la realidad y la había elevado a un plano superior, un espacio paralelo, pero adelantado en el tiempo. En ese espacio, su ingenio se había convertido en un pequeño dios curioso capaz de fragmentar cualquier paradigma del diseño hasta imponer su visión. Había nacido una singularidad de nuestra era cuyo único escudo fue la genialidad.

Numerosas fueron sus obras, la mayoría de ellas dirigidas a lo conceptual. Sin embargo, las más singulares se encuentran realizadas y hoy rinden testimonio de su grandeza, entre ellas destacan:  Estación de Bomberos Vitra de Weil am Rhein, Alemania (1993); Centro de Arte Contemporáneo Rosenthal en Cincinnati, Ohio (1998); Anexo Ordrupgård en Copenhague, Dinamarca (2005); Centro de Ciencia Phäno de Wolfsburgo, Alemania (2005) y el Centro Acuático para las olimpiadas de Londres (2012). Recientemente diseñó One Thousand Museum, en Miami, primer edificio residencial que en Occidente lleva su firma.

Para el equipo de LUSTER Magazine la partida de Zaha Hadid, a sus 65 años, es inesperada y sentida, una pérdida lamentable. Con motivo del lanzamiento de nuestra primera edición, nos permitió ser espectadores afortunados de su impresionante talento. Además, nos concedió el honor de ser un vehículo de su continuidad: nos otorgó una interesante entrevista sobre el proyecto One Thousand Museum para ser publicada en nuestra primera edición digital. Por lo tanto, ausencia no es una palabra acorde para referirnos a ella. Su vida y su obra no hablan de límites ni de imposibles, hablan de permanencia, de infinitud, la hacen inmortal, trascendente, la encierran en un eterno presente y la mantienen lejos de la tiranía del tiempo.